Algunas maldiciones clásicas o inventadas para no destrozarse la cabeza improvisando cuando se tenga que interpretar a un demonio, duende, fantasma o brujo que pueda maldecir y no sepa qué tipo de maldición imponer:
- Empatía: Sufrir sintiendo el sufrimiento de los demás, que te produzca jaqueca o que acabes llorando, no puedes estar rodeado de mucha gente en todo momento o cerca de una persona que haya sufrido mucho, mucho.
- Maldición del bosque: Transformarse en un animal, planta u objeto al caer la noche, el día o las noches de luna llena.
- Maldición del clima: Que el tiempo se ponga frío cuando sientes miedo y llueva cuando llores.
- Maldición de los Verbena: Quedarse ciego por una maldición.
- Maldición del vampiro: No ver tu propio reflejo.
- Dieta exótica: Tener que alimentarse de bichos e insectos, no puede probar comida, la vomita.
- Hierro frío: Tu piel no puede entrar en contacto con el hierro frío ("hierro frio" mirar changeling, el ensueño) pues provoca quemaduras en tu piel.
- Trastornos del sueño: Tu personaje tiene pesadillas, en ocasiones insomnio, habla en sueños y también es sonámbulo. Estos trastornos entorpecen su día a día cuando tenga que concentrarse y demás tareas por el estilo.
- Maldición de la mala suerte: Alguien ha modificado ligeramente tu destino para que en este te encuentres con hechos que te lleven por el mal camino en ocasiones inesperadas donde se requeriría un golpe de suerte para salir de la situación o para evitar que sucesos inminentes te afecten.
- Confusión: Entras tanto en contacto con la quintaesencia y su poder que ahora la persigues, esto puede jugarte malas pasadas. Siempre que encuentres un objeto, lugar o persona encantada o mágica te entrará la curiosidad y lo pondrás a prueba hasta que suceda algo fascinante.